Saturday, October 1, 2011

Profugos

Critica de Profugos, la miniserie chilena que pasan por HBO.

Prófugos es pretenciosa, como los chilenos mismos. En lugar de intentar hacer algo bien, quieren hacer algo enorme y no les da. Se esfuerzan demasiado y el resultado es una bosta. Los chilenos creen que son suizos y se olvidan que son sudacas. Con la serie pasa lo mismo.

Empecé a verla porque tengo cierta debilidad cuando se intentan hacer cosas de este estilo en Latinoamérica. Me pareció una apuesta interesante que valía la pena hacer un esfuerzo por verla más allá del horripilante acento chileno.

La historia es más o menos así. Hay 4 tipos que van de Chile a Bolivia y entran un cargamento de cocaína líquida. Vicente, uno de esos 4 es el hijo de la Quica. La Quica esta presa pero es la más grosa de un cartel. Los otros 3 son: Salamanca, un ex revolucionario, Moreno que no me acuerdo que hace y Benjamín Vicuña, que es un policía encubierto.

Resulta que entran la cocaína líquida mezclada con botellas de vino y cuando iban a entregarla a cambio de no sé cuantos millones de Euros, aparece la policía y los del cartel de un tipo muy malo que se llama Aguilera y que tiene el pelo más feo que Pipo Gorosito. Entonces todos se tirotean con todos, los de Aguilera roban la plata, la cocaína explota y los 4 protagonistas quedan… adivinen… prófugos.

Resulta que ninguno de los 4 confía en el otro. Entonces, cada 10 minutos, se están apuntando con las pistolitas. Posta, cada 10 minutos, alguien de ellos le apunta a otro de ellos. Es absolutamente inverosímil. Entiendo que no confíes, pero no podes apuntarle a tu compañero cada 10 minutos porque te juro que no te creo que lo vas a matar.

Las historias en paralelo son las de Benjamín Vicuña, el policía encubierto que solía garcharse a la fiscal, pero ahora no lo hace más. El jefe de policía es un tipo muy pero muy malo. Cuando dice algo, pone cara de malo. Y si le responden que no, vuelve a repetir lo mismo pero separando en silabas con cara de más malo todavía. Además, es tan pero tan malo, que en realidad trabaja para el cartel de Aguilera. Pero cuando los vemos juntos, no se entiende quien trabaja para quien.

A Salamanca le aparece una hija y nos muestran un flashback de cómo quedo viudo y dejo a la hija con sus abuelos. No la vio como en 20 años, pero ahora se la secuestran. Y los prófugos la recuperan. Y también sacan de la cárcel a Quica. Porque son 4 nabos buscados por toda la policía del país y por el otro cartel, pero igual ellos ganan siempre. A pesar de no ser nada inteligentes y dos de ellos estar dándole a la merca cada 8 minutos. Y cada 4 minutos están sacando las pistolas del pantalón o volviéndoselas a poner en el pantalón.

En fin, una serie pretenciosa. Como los chilenos mismos.

1 comentarios:

baduljp said...

Llevar un tema tan polémico como el narcotráfico puede ser un arma de doble filo, eh sabido por varios medios que en ocasiones los actores son amenazados por los grupos dedicados a este “negocio”, en lo personal profugos es una serie que ha sabido manejar este tena de una forma muy buena y no ha caído en los típicos clichés donde la sangre y al extrema violencia son los protagonistas y esto me parece un buen acierto de por parte de esta serie.